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martes, 26 de diciembre de 2017

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Entre barrotes, escribe Bertrand la canción definitiva que le devolverá a la gloria. Ha buceado en el último sótano de su memoria para encontrar las imágenes de Marie, que explotarán en el papel convertidas en sonidos y palabras: su voz cálida y desgarradora, el flequillo, su ternura, el cansancio y languidez de sus brazos.

Inútil camino, los diecinueve puñetazos en el rostro de Marie, la nariz machacada, el cerebro roto entonan mejor la melodía de un rock oscuro, alimento de quienes viven de lo amargo. Bertrand Cantant asume su destino con malditismo trágico. Uno, dos, cinco, diecinueve golpes secos y fuertes en el teclado le reconcilian con su pasado y le catapultan al cielo miserable de los feminicidas. Los dos millones de “me gusta” lo demuestran.

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